por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







viernes, 28 de diciembre de 2012

Una navidad flamenca


Cante: Nazaret Cala, Aroa Cala. Coros: Lely Soto 'Sordera', Cañejo de Barbate. Guitarra: Adriano Lozabo.Palmas y cajón: Luis de la Tota. Zambomba: Álvaro Bellido. Violín: Samuel Cortés. Lugar: Sala Joaquín Turina, Sevilla. .Fecha: Jueves, 17 de diciembre. Aforo: Lleno. 

La zambomba portuense, salvo sus dos protagonistas principales, Nazaret y Aroa Cala, está formada por intérpretes de La Isla, Adriano Lozabo, Barbate, Cañejo, y Jerez, Luis de la Tota, Lely Sordera, Álvaro Bellido y Samuel Cortés. El repertorio son villancicos clásicos y también contemporáneos, como ‘Diciembre’, que abrió el recital, y ‘Pues andáis en las palmas’ firmado, en letra y música, por el añorado Fernando Terremoto hijo. Pero también otras del ciclo anual profano como los romances y los cantos de quintos. Nazaret Cala interpretó en solitario el mencionado villancico moderno de Terremoto y el clásico del Gloria. La voz poderosa de esta cantaora portuense alarga los tercios retorciendo el melisma hasta límites insospechados. Es la misma estética de su hermana Aroa que hizo un cante por tangos, Se está durmiendo, y los clásicos ‘Campanilleros’ que en su estilo se convirtieron en una cosa dramática. Lo que en Nazaret es poderío, belleza tímbrica, en Aroa Cala es frescura y naturalidad sobre las tablas. Hicieron cantes navideños a ritmo de bulerías y de tangos, y hasta por fandangos. El grupo interpretó al completo villancicos tan populares como Una pandereta suena o el célebre ‘Calle de San Francisco’. 






Con todo, lo mejor fue la larga fiesta final por bulerías que abrió Lely Soto cantando y bailando. El joven cantaor Cañejo de Barbate hizo su espectáculo de cante y baile de inspiración caracolera, demostrando un virtuoso conocimiento del compás y una voz menuda de hermoso timbre. Luis de la Tota hizo su show: recitó, improvisó, llevó a San José a la cola del paro, hizo de robot por bulerías y también hizo de Diego Carrasco. Su envidiable sentido del ritmo fue el soporte de todo el espectáculo. Los villancicos suenan mejor en su versión tradicional, grupal, sin demasiadas estilizaciones flamencas. Son cantes populares, folclóricos, y su espacio natural es la fiesta, la celebración grupal. Por eso lo mejor del espectáculo fueron las intervenciones corales y la bulería final, donde la celebración flamenca encuentra su espacio natural.




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