por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







lunes, 26 de marzo de 2012

¿En Jaén se canta el tango?

La historia de Gabriel Moreno (Linares, 1941) es una de las más fascinantes del flamenco contemporáneo, tanto en lo artístico como en lo humano. A la variedad de estilos que conoce y ha interpretado, puesto que no se le ha resistido ningún palo del flamenco, se unen la multitud de giras que ha hecho por todo el mundo como embajador de lo jondo. Lo más destacado de este cantaor es la brillantez, la pujanza, la vitalidad de su voz, que encuentra su lírico contrapunto en los tonos graves, sentimentales, que introduce sobre todo en los estilos levantinos, malagueñas y tarantas. Pues si entusiastas son sus tonos altos, los graves son tan íntimos y serenos como extraordinarios. Tiene una amplitud de registro impresionante. Es una voz que, siendo extraordinariamente rítmica, tiene mucho temple. También se muestra muy equilibrada la voz de Gabriel Moreno en la intensidad, en el contraste perfecto entre fortes y pianos que requieren algunos estilos, por ejemplo los compuestos por don Antonio Chacón, habituales en su repertorio. La voz de Gabriel se muestra hoy más mate, más dulce y sentimental que en el pasado: ha adquirido un tono pastel delicioso.


Gabriel Moreno en el Auditorio del Cicus. Ésta y las demás imágenes son de Marta Morera.


El cantaor participó hace unos días en el ciclo Trastablaos de la Universidad de Sevilla, y así nos enteramos de que tiene un nuevo disco en el mercado. 'Mirando hacia atrás sin ira', que así se llama la grabación, presenta los estilos habituales en el repertorio de este cantaor, incluyendo los tangos de su madre La Carlotica y la taranta de su tierra. Con los tangos de Gabriel Moreno asistimos al privilegio del proceso de creación o recreación de un cante. Al paso de lo íntimo, sea individual del creador o tradicional familiar, a lo público, a lo colectivo, al quedar la obra registrada y ser ya patrimonio de todos los aficionados del presente y del futuro. Es un cante que me llamó mucho la atención la primera vez que los escuché, en la Magna antología del flamenco, porque no sabía de su existencia, siendo yo de Jaén. Además, en aquella grabación con Félix de Utrera se hacía referencia a "los montes de Jimena", en la comarca de Mágina, en lo que me pareció un guiño a la quinta de las Serranillas del Marqués de Santillana. Incluso en su temática fronteriza, de moros y moras, de castellanas y cristianos, hay un guiño a la poesía popular medieval presente también en muchas letras de la alboreá flamenca. Las referencias a la boda tienen que ver con los cantes de alba y de alborada medievales, que encuentran su eco en la alboreá flamenca, claro, donde también hay referencias moras y fronterizas.

Repasando la vida de una leyenda del cante.
Así mismo, en la boda tradicional gitana se cantaban romances de moros como el de Zaide y la princesa Celinda. En relación a estos tangos Gamboa-Núñez hablan de su "cadencia descendente y moruna". Jaén, toda Andalucía, en la baja edad media era tierra de frontera. La letra que incluye Mirando hacia atrás sin ira, que ya registrara Moreno en los setenta con Ramón de Algeciras, es también de temática mora y de boda. Unos tangos con una melodía propia y con características que los individualizan en el repertorio flamenco. Blas Vega afirma que "los tangos de Jaén, de facturación más moderna, apenas conocidos, son una aportación familiar en la inquietud y afición de uno de los valores actuales del cante, Gabriel Moreno". El cantaor es, asimismo, autor de un fandango propio, también incluido en este disco. Se trata de un estilo muy exigente al que Moreno imprime acentos de tarantas, por lo que exige un gran registro vocal y muchos matices en la intensidad. Estos fandangos han sido descritos por Romualdo Molina como "un largo melisma en el verso tercero, repique en el quinto, con ripio incluido, y ligado con el sexto con una melisma atarantado; un capolavoro".

Con Gabriel Moreno y Raúl Cantizano, guitarra.


La vida de Gabriel Moreno, que repasó como digo hace unos días en la Universidad de Sevilla, es una de las más fascinantes del flamenco contemporáneo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario